Pastor Adrián Rogers fundador del Ministerio “El amor que vale” descansa en paz

Dr. Adrián Rogers junto a su esposa

EE.UU Noviembre 2005 - El Dr. y Pastor Adrián Rogers, Fundador del Ministerio “EL AMOR QUE VALE”, pastor vitalicio de la Iglesia Bautista Bellevue y uno de los predicadores bíblicos más respetados en los Estados Unidos pasó a la presencia del Señor la madrugada del 15 de noviembre de 2005, después de luchar contra el cáncer y neumonía.

El Dr. Adrián Rogers, era un devoto hombre de familia: esposo de Joyce ­-la novia de su adolescencia-, padre de cuatro hijos, y abuelo de nueve nietos.

Después de 32 años de pastoreado en la Iglesia Bautista Bellevue en Memphis, Tennessee, el Dr. Rogers se jubiló. Dicha congregación creció de 9.000 miembros a más de 29.000 bajo su liderazgo. Ha sido elegido tres veces como Presidente de la Convención Bautista del Sur que es la denominación protestante más grande del mundo con 16 millones de miembros.

El Dr. Rogers ha predicado en cruzadas en Taiwán, Corea del Sur, Israel, Rusia, Rumania, Centro y Sur América. Ha servido como orador principal en eventos tales como “Washington para Jesús”, la Asociación Nacional de Evangélicos y la Asociación Nacional de Emisores Cristianos.

Asimismo ha servido en la Junta Directiva de “Enfoque a la Familia”. En 2003, el Dr. Rogers fue honrado al incluírsele en el prestigioso Salón de la Fama de la Asociación Nacional de Emisores Cristianos.

Miles llegaron a conocer a Jesús a través de su Ministerio, le recibieron en la puerta del cielo al él pasar a la gloria y contemplar el rostro del Señor Jesús. Para el pastor Rogers lo más importante siempre fue los cientos de miles de creyentes que han fortalecido su fe y otros miles que han descubierto una relación personal con Jesucristo.

Declaración de la familia Rogers

En esta época de la pena, la familia de Rogers - señora Joyce Rogers; Steve y Cindi Rogers, y su hija, Renae Rogers; Micky y Gayle Foster, y sus hijos, Michael y Adrian Foster; David y Kelly Rogers, y sus hijos, Jonathán y Stephen Rogers; y Bryan y Janice Edmiston, y sus niños, Angela Luce, y Raquel, Andrew y Breanna Edmiston - quisieramos agradecer todos que han ofrecido sus oraciones, enviados las expresiones del amor y amabilidad, además de ayuda a nombre de nuestra familia.

Estamos también especialmente agradecidos al equipo maravilloso de los doctores, enfermeras, y de todo el personal médico, que han dado el mejor de su tiempo, conocimiento, y energía creativa, para preservar la vida de Adrián Rogers, nuestro marido, padre, y abuelo queridos, y reducimos al mínimo su dolor físico. Aunque teníamos toda la esperanza mantenida hasta el final para una restauración milagrosa de su salud, nos confortan en el conocimiento que él ahora se está reclinando en la presencia de su Señor y Salvador a la cual él dedicó su vida y Ministerio en esta tierra.

Nos aferramos en la tolerancia del Dios, pues El, en su sabiduría infinita, ha determinado la sincronización de la vida. En varias ocasiones, él había proclamado: “cuando llegue mi tiempo, no estén apesadumbrados para mí; caminare con el pie encima del polvo de oro en las calles de la gloria". Poco después ser admitido al hospital diagnosticado con pulmonía y cáncer, él indicó que "esto será ganar para mí," indicando su confianza que, si el Dios decide curarlo o no, él esta en sus manos.

Templo Bautista Bellevue

Entre las ultimas palabras que él pronunció antes de ser conectado con el respirador artificial dijo "estoy en la paz perfecta". Le dieron lectura su pasaje favorito en Romanos 8:38-39 "Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” .

Sus días en el hospital en la respiración artificial, fueron marcados por un sentido inusual de la fuerza y del serenidad espiritual. Él mantuvo su actitud y sentido del humor positivos hasta el final.

Incluso durante este tiempo, en el cual él no podía comunicarse verbalmente, todos sentíamos su amor profundo para nosotros. En algunos momentos, él escribió una nota que contenía las palabras "te amo!" y los nombres de sus cuatro niños y de sus esposos, de sus nueve nietos, y de su primera nieta grande, Marianna Rose Luce.

En una segunda nota expresó su amor para su esposa, Joyce, que comentó más adelante: “en toda nuestra vida junto, nunca había un día que pasó que él no dijo te amo".

Aunque estamos entristecidos profundamente por esta pérdida, también estamos agradecidos por los muchos años de la felicidad que nos han bendecido para compartir con este príncipe maravilloso de un hombre nombrado Adrian Rogers.

Gracias a todos

Familia Rogers

Para conocer más sobre el Pastor Adrian Rogers visite la página: www.elamorquevale.org

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